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Un diálogo sobre el poder y otras conversaciones

Por Michel Focault:

David Pineda Argueta, Carne. 200117250

Esté es un análisis acerca de los pensamientos de Foucault, que no es difícil obviar en el curso de Antropología Urbana, ya que nos presenta las configuraciones del poder en las relaciones sociales, mayormente en el caso del estudio de la ciudad, que se presenta como una concentración de relaciones, en tanto se configura un determinada división social del trabajo.

Pero algo muy importante visto por Deleuze son el tipo relaciones existentes entre teoría-practica que son mucho mas parciales y fragmentarias. La teoría siempre es local relativa a un pequeño campo, aunque puede ser aplicada a otro mas lejano. La relación de aplicación nunca es de semejanza. Aunque la teoría profundiza en su propio campo se en enfrenta con obstáculos, etc. La practica es un conjunto de relevos de un punto teórico a otro, y la teoría, un releo de una practica a otra.1 Lo que se discute es la posición de la teoría en el mundo social, su producción y los actores que la componen, sin embargo los intelectuales sufren un colapso presente, en la acción comunicativa de interactuar el conocimiento. Deleuze afirma que el intelectual teórico ha dejado de ser un sujeto, una conciencia representante o representativa.2 Ya que se ve mediado en un sistema social, contradictorio que porta lógicas que reprimen el conocimiento.

Foucault entiende que la politización de un intelectual se realizaba tradicionalmente a partir de dos cosas: su posición de intelectual en la sociedad burguesa, en el sistema de la producción capitalista, en la ideología que produce o impone, esto en tanto se descubría relaciones políticas allí donde no se percibían.3 Además comprendió la dinámica del poder en los micro universos sociales, que componen la totalidad de la sociedad, sin embargo sus cuestionamientos nos presentan una idea referente a la construcción del conocimiento en una situación determinada, el poder es un concepto que se encuentra ligado a la reproducción social del pensamiento, ya que si este se considera como un dominio legal, tradicional o carismático según los comprendió Weber. La racionalidad y la acción del individuo sujeta al poder, definiría un sistema de represión e imposición. Adorno afirma que la personalidad autoritaria se construye como un modelo social impositivo, de represión, que se reproduce como un fenómeno de sistemas totalitaristas según Arendt. Lo que llama la atención del poder en está construcción es que puede tomar pautas culturales en la sociedad y no pueden distinguirse de los aspectos modernos del poder.

Según Foucault el intelectual decía la verdad a los que todavía no la veían y en nombre de los que no podían decirla: conciencia y elocuencia.4 También afirmo que los intelectuales han descubierto, cosas que desconocen las masas populares, sin embargo existe un sistema de poder que intercepta, prohíbe, invalida ese discurso y ese saber.5 Que imposibilita el dialogo racional, es decir los elementos facticós que habilitan la comunicación según Habermas. Según Focault el poder se penetra de un modo profundo, muy sutilmente, en toda la red social.6 Habilitando de manera inmediata un tipo de relaciones que involucran la comunicación y reproducción de un sistema social establecido. Pero los intelectuales forman parte de ese sistema de poder, la propia idea de que son las agentes de la “conciencia” y del discurso forma parte de ese sistema.7 Este discurso impositivo o de fascinación es la esencia que imposibilita el dialogo real de la conciencia de los individuos.

Pero el papel del intelectual según Foucault consiste en luchar contra las formas de poder allí donde es a la vez su objeto de instrumento: en el orden del “saber”, de la “verdad”, de la “conciencia” del “discurso”.8 Una lucha contra el poder, lucha para hacerlo desaparecer y herirlo allí donde es más visible y más invisible, por una toma de conciencia.9 El poder y conocimiento son componentes que luchan, en una dialéctica por un determinado curso, pero su única afinidad habita en el campo de acción de la comunicación, como el aforismo que menciono Nieztche, el conocimiento es uno y su expresión en el lenguaje ya es otra cosa. Según Deleuzue si la teoría no tiene un uso, es que no vale nada o no ha llegado su momento.10

La teoría no se totaliza, se multiplica. Es el poder el que por naturaleza efectúa totalizaciones.11 La teoría esta por naturaleza en contra del poder. Aunque la teoría esta sujeta a cambios de acuerdo a la posición política o ideológica como lo mencionó Foucault, la síntesis es la superación del poder, hacia un estado reflexivo de relaciones que permita la libertad y la comunicación con valores o contenidos fácticos reales. La evidencia de un sistema represivo, que no puede soportar nada, ya que al mismo tiempo su fuerza es un estado de represión global,12 que imposibilita el dialogo y fomenta el silencio de la resignación social.

Foucault presenta que la teoría debe de llevar un discurso contra el poder, como por ejemplo el discurso mantenido en las prisiones o por los llamados delincuentes. Pues en la prisión es un lugar donde puede manifestarse en su desnudez, en sus dimensiones mas excesivas, y justificarse, el poder como poder moral. Y no es más que una expresión simbólica de una moral que enmarca su ejercicio: su bruta tiranía aparece entonces como dominación serena del bien sobre el mal, del orden sobre el desorden.13 Una imposición de reglas, que van impuestas sobre el pensamiento del otro. Es por ello que Deleuze afirma que cuando la gente se pone a hablar y a actuar en su propio nombre, no opone otra representatividad a la falsa representatividad del poder.14

Las características de una ley occidental según Foucault vista y ejecutada por los jueces y tribunales, ocupan una posición en donde la percepción de un punto singular en el que el poder se ejerce a expensas del pueblo. La lucha antijudicial es una lucha contra las injusticias, contra las injusticias de la justicia y una mejora en el funcionamiento de la institución judicial.15 Además de que la misma forma del tribunal pertenece a una ideología de la justicia que pertenece a una clase y que reproduce el sistema.16

Bibliografía

1. Un dialogo sobre el poder y otras conversaciones, Focault, Michel Alianza Editorial, Madrid, España, p. 1984, p. 8-14

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